1935, de fray Serafín
Sor Felicidad Masiá
Espero que te encuentres animada y hagas de tu parte lo que puedas por dominar tu pensamiento y convéncete que gran parte del mal lo llevas dentro de la cabeza. Pensemos todos que los días pasan volando, y de que nos arrepentiremos de aquellas veces en que salimos con la nuestra. Ya ves que con un poco de buena voluntad la vida sería muy fácil, y no olvides que todos tenemos defectos, y que sólo Dios es el que nos ha de juzgar. ¡¡Cuántos santos tenemos en nuestra orden, que pasaron por muchas dificultades y ahora están gozando en el cielo, todo aquel abandono a que se los condenó aquí en la tierra!!
No somos santos porque no queremos empezar por poner algo de nuestra parte, y a ti solo te falta desechar radicalmente todos esos pensamiento y solo mirar al cielo, que es nuestra patria, y allí iremos si queremos. Pero el tiempo se va y si no lo aprovechamos, todo estará perdido. ¿Quedarías satisfecha si murieses hoy? ¿Te molestarían lo mismo muchas cosas vistas desde el borde del sepulcro? Cree que no digo estas cosas por molestarte, pero sí para que limpies tu cabeza de pensamientos tristes y tontos, que Dios nos da esas facultades para poseerlas; pero mientras están llenas de esas bajezas y nimiedades, Dios no puede entrar. Trabaja pues así, y piensa que yo quiero eso y que con frecuencia pienso porqué no te has de decidir de una vez.
No veas en los prójimos más que criaturas de Dios, destinadas como tú al cielo, y si allí hemos de ser hermanos, hemos de comenzar ya en la tierra a practicarlo.
Haz lo que puedas y no te abandones.
Hasta que te escriba de nuevo. Tu hermano.
Serafín
14 de agosto de 1935, fray Serafín
Sor Felicidad
Procura seguir haciendo lo que te dije, sin hacer caso de nadie ni enterarte de quién tienes al lado. Si trabajas un poco en este sentido, creo que te será mucho más fácil la vida. Cuando mande el despertador, si no lo necesita María Jesús para despertar, que te lo den a ti, y lo tienes en la celda y te preocupas de él.
No aceptes ningún trabajo de las monjas que te sea penoso, y procura arreglar tus cosas o ayudar si puedes a tus hermanas. Si te ocurre algo especial, me lo dices en alguna carta, y de este modo tendrás con quién expansionarte.
No tardes en escribir la postal que te incluyo, para que sepa si es verdad lo que me dijeron.
Hasta la tuya, y quedo afectuoso, Serafín.
Totana, 14 agosto 1935
Septiembre 1935, fray Serafín
Sor Felicidad Masiá
Mi querida hermana:
Recibí la tuya última, y veo que trabajas por evitar todo lo que crees perjudicial para la tranquilidad de espíritu. Conviene que no te limites a evitar encuentros, sino a pasar por donde sea sin prestar atención a nada, teniendo siempre nuestro interior repleto del deseo de cumplir con nuestro deber.
Si es así, no podrán entrar las preocupaciones extrañas, puesto que si estamos llenos de otra cosa, que es lo que debemos buscar, no ha de quedar lugar ni tiempo para que nuestro pensamiento se ocupe de las menudencias y futesas de esta vida, que si lo miramos bien, nos ha de avergonzar que cosas tan tontas sean suficientes para desbaratar toda nuestra vida.
Procura leer lo que creas más propio para un ocupe más plenamente tu mente, y lograrás alivio en la vida. No olvides nunca que no nos han de avisar cuando esta tendrá fin, y aunque nos digan alguna vez que estamos próximos, siempre tendremos esa esperanza de mejorar, el amor a la vida es muy grande.
Anímate, y a trabajar por ti, por tu alma; lo demás, no sirve para nada.
Tu hermano, Serafín.
26 de diciembre de 1935, fray Serafín
Sor Felicidad Masiá
Mi querida hermana:
Es absolutamente necesario que te determines a tomar las cosas de la vida de otra manera, y no olvides que todos, más o menos, tenemos penas; pero que depende mucho de nuestro carácter el que nos sean más o menos molestas.
Todas las cosas que a ti te pasan no tienen vida más que en tu persona, fuera de ti nada hay en absoluto de lo que tú crees; claro que esto a ti no te convence, porque llega un extremo en que a fuerza de pensar una cosa anulamos las demás, cuando precisamente debiéramos hacer todo lo contrario.
Todo eso que tú supones del nombre es totalmente falso. El nombre se nos da, para honrar la memoria de otros seres que nos precedieron y que son dignos de veneración por sus virtudes. En la santa mártir es en lo que debes pensar, en que te dé la valentía que ella demostró en esta mísera vida, y no en esas locuras que a ti se te ocurren, y que jamás debes nombrar a nadie. Precisa que rompas en seguida ese cerco de pensamientos tontos y de quimeras, que no hacen más que amargar tu vida y la de los demás.
¿Cuándo te convencerás de que es ridículo dar importancia a esas bagatelas? ¿Acaso no tenemos otra ocupación mejor en los contadísimos días que Dios nos concede?
Cuánto desearemos haber tenido otro proceder en llegando algo más adelante, de la misma manera que ahora deseamos que nuestros primeros años hubiesen pasado de otra manera. A tiempo estamos para remediar lo que nos resta, poco o mucho; no lo hacemos porque no nos da la gana.
Todos esos pensamientos y pecados mortales de que tú hablas no tienen realidad ninguna, es sólo empeño de tu mente, en agrandar y empeorar la vida.
¿Porqué no tienes que vivir fuera de esa atmósfera, con la cabeza llena de cosas sanas y alegres que tú te podrías crear, como creas esas tinieblas y oscuridades?
Es que no nos da la gana, es que no queremos vencernos, desprendernos de miserias sin importancia, que son estorbos a nuestra salud. Hay que vivir en el convento y con las religiosas, pero sin pensar en nada de eso, como si fuesen algo extraño a nosotros, sin ni atender y ni fijarnos en nada de lo que nos rodea.
Nuestro pensamiento en el cielo, en lo que nos espera, en lo que será feliz o desgraciado según nosotros ahora nos sobrepongamos a todo lo de este mundo, pase lo que pase, la vista en el fin, la mente en el cielo, el corazón en Dios, a quien todo lo debemos, y donde irremisiblemente hemos de llegar dentro de muy poco.
Si obras así, si haces caso, todo se resolverá, tendrás la alegría del deber cumplido. Todo lo demás es pura mentira, te santificarás y ayudar a la salvación de los demás.
Nada sé por ahora del permiso, me dijeron que será pronto; para el presente estoy igual que vosotras. Estas cosas no deben ilusionar ni deprimir nuestro ánimo; sí debemos únicamente sacarle la parte buena, el sacrificio aceptado.
Tu hermano, Serafín.
Totana, 26 de diciembre de 1935
Enero 1936, fray Serafín
Sor Felicidad Masiá
Mi querida hermana:
Te escribo estas letras para decirte que cuando estuve en Valencia, hablé con el P. Laureano, y le dije que a todos nosotros nos convenía el que tú fueses a casa.
Ya me acordaba de lo que tú me dijiste; pero yo creo que tú no lo pasarías tan mal, además que si algo querías o te convenía, no tenías más que decírmelo a mi, que haría lo posible por que lo consiguieses.
Purificación misma está interesada en que vayas, pues no se pueden avenir con ninguna criada, por buena que sea. Ya sabes el carácter que tienen y por lo mismo no te extrañará.
Bueno, yo te escribo a ti para que con absoluta libertad me digas si tú estas conforme o no; pues si no te parece bien, yo le escribo al P. Laureano y no hay nada de lo dicho. Si tú quieres puedes decirlo a las otras, yo no tengo inconveniente en que lo sepan. Te mando esta carta así para que tú tengas libertad.
Hasta la tuya, quedo afectuoso.
Tu hermano, Serafín
3 de febrero de 1936, fray Serafín
Sor Felicidad Masiá
Mi querida hermana:
Te voy a pedir un favor que no sólo me conviene a mi, sino a ti misma.
Muchas veces te he dicho que tú, si quieres, puedes aliviarte, pero tú te crees que los demás no nos preocupamos y que te dejamos abandonada, y eso no es verdad. Con tu conducta no sólo sufres tú, sino que nos haces sufrir a los otros, y más de lo que te crees. Piensa si esto es justo.
Tu asunto es ahora, hace unos quince días que salió para Roma, antes no se puede arreglar, no creas que nada se hacía, y si ahora que está más cerca y cuando se espera seguro, tú te dejas llevar de esas manías, será eso una paga que nos vas adelantando. Si hubiese sido para salir para siempre, ya mucho tiempo que estarías fuera; pero así, ha habido que luchar mucho, pero muchísimo.
¿Quieres tu ahora amargarme a mi la vida, con no tener cuidado en lo que haces y dices, por creer solamente que a ti nadie te atiende? ¿Es que nunca tienes que creerte lo que digo? Dime, ¿qué quieres que yo haga más? Si se han movido algunas personas ha sido por intervenir yo, y si no consigo más es porque no puedo. ¿Y tú no quieres agradecer un poco todo eso? ¿No podrías muy bien hacer lo que te venga en gana tú sola, pero nada que pueda mortificar a mi y a tus hermanas?
Espero que te des cuenta y me hagas caso, al menos los días que faltan. La vida ya de sí es muy amarga, no nos la amarguemos más nosotros con nuestras tonterías.
Quiero que me escribas y digas qué piensas hacer a todo esto.
Tu hermano que te quiere.
Serafín
Totana, 3 de febrero de 1936
Febrero 1936, fray Serafín
Sor Felicidad Masiá
Mi querida hermana:
Supongo que seguirás algo mejor y bastante tranquila, y espero saber con alguna seguridad si es de verdad así.
Como en las cartas nunca aclaráis nada en concreto, precisa si se quiere saber algo, hacer las preguntas determinadas, y aun así veremos lo que sale. También deseo saber cómo se encuentra la madre, y qué tal te parece a ti la vida en la casa, si notas u observas algo especial, y tienes que poner interés en observar, para decirme lo que haya a tu parecer.
Tienes que pensar que un año se pasa volando y has de pensar los ánimos con que cuentas para luego, si crees que no volverás al estado de antes, o si te faltarán los ánimos. Todo eso son cosas que ahora debes aclarar, sin olvidar tampoco que en gran parte depende todo de nuestra voluntad, y como he te dicho muchas veces, debemos vivir con independencia de las simpatías o antipatías de las demás personas, que cuesta mucho trabajo, pero es lo único que luego recibirá su premio.
Ya me dirás estas cosas que te pregunto y otras muchas más de todo lo que pase por ahí, y que ahí es muy conocido y yo lo ignoro en absoluto.
Espero que lo hagas así y hasta más adelante.
Serafín
22 de abril de 1936, fray Serafín
Mi querida hermana:
Espero que tengas calma y que procures no hacer caso de lo que digan, y hacer aquello que pueda mejorar tu estado y evitar molestias a los demás.
Ten la bondad de cuando escribas, contarme todo lo que pasa por ahí; pero con detalles, y con los nombres propios.
Resulta que nadie vive más ignorante de lo que pasa en su tierra que yo, y eso que tan fácilmente se puede remediar, espero que lo remedies.
Nada se sabe del porvenir, pero todos convenimos en que será muy malo, y conviene que por lo que sea, estemos prevenidos.
Y si nos toca trabajar en lo que fuese, que lo podamos hacer. Por ello, no debes preocuparte de tonterías, pues la vida es muy distinta de lo que llevas en la cabeza y crees tú.
Y para que no te lleves un desengaño, ni un gran sufrimiento, debes hacer cuanto te he recomendado.
Si lo haces así, estarás mejor ahora y después.
Espero que no tarde la contestación y que me digas muchas cosas, y que haya mucha unión y paz en casa.
Que sea así pues.
Tu hermano, Serafín
Totana, 22 abril 1936
Septiembre 1936, fray Serafín
Mi querida hermana:
Me doy cuenta de la situación en que se vive ahí, en nuestra casa; pero no hay que hacerse ilusiones, pues en todas partes tendríamos algo que sufrir.
Además, es muy cierto que depende exclusivamente de nuestra voluntad el que la vida nos resulte más o menos agradable. Nada más que tuviésemos un poquito más de fe y tomásemos las cosas como son en sí… No pensamos que todos tenemos nuestro egoísmo, que creemos ciegamente que estamos en lo cierto, que tenemos la razón, que no se nos atiende como merecemos…
Esto lo creemos todo, ¡y cuán equivocados vamos!
Si alguien tiene el honor de santo, es precisamente el que se ha vencido en todo esto y se ha humillado, y mientras no acertemos este camino, lo perdemos todo. A pesar de todas las repugnancias, hemos de vivir en sociedad, como personas, si es que queremos tener mérito delante de Dios.
¿Qué alegaremos cuando nos hallemos en nuestro juicio definitivo? ¿Veremos entonces tan fuertes
las razones que ahora creemos tan seguras ? Precisa que te vayas convenciendo que, queriendo, la vida es más fácil, y sólo entonces es útil.
Trabaja por sufrir al prójimo, el que sea; si no lo haces así, todo lo perderás.
Hay obligación de no mostrar disgusto a nadie, ni aún a los enemigos. Medita esto y trabaja, sin preocuparte de cómo lo hacen los demás. Al fin no te preguntarán por los otros, sino por tí, y
sólo el que sufre, gana.
Nada sé de lo que pueda pasar, pero seguramente será imposible prolongar ese permiso que tienes.
No ignoras que el que más se opone es el Visitador, y todo ha de pasar por él. Creo que debes despreocuparse y hacer como o según tantos santos. Santa Teresita, que tan simpática nos es a todos y que por donde pasaba hacía sólo bien, daba felicidad, alegría, todo eran prójimos, y no distinguía si le eran o no agradables.
Anímate, obra así, almacena fuerzas, energía, voluntad, para pasar por todo.
Así se debe vivir.
Tu hermano, Serafín
(Posdata, escrita al revés, en las dos hojas):
(Segunda hoja:)
Procura disimular el carácter de tus hermanas, de la madre, y mira que quizá dentro de un año, Dios nos llame a alguien a juicio. Ya ves, nuestra hermana mayor, cuando nadie lo
(Primera hoja:)
creía fue llamada. Estate siempre prevenida, y ese pensamiento te facilitará todo lo demás.