23 de noviembre de 1930, a su madre y hermanos
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Alabado sea el Santísimo Sacramento
Convento de la Beata Inés
Benigánim, 23 de noviembre de 1930
Mi queridísima madre y hermanos:
Deseo se hallen con salud. Yo estoy bien, gracias a Dios.
La presente sirve para contarles la fiesta que hicimos en la elección de la Santísima Virgen María, que fue hermosísima y tierna. El señor obispo, después de comer, entró dentro del Convento y vio todas las celdas y dependencias del Convento, y reunida toda la Comunidad, empezó la fiesta entonando el señor obispo el «Venite todos», el himno cantado con el órgano y muy solemne. Y teníamos a la Santísima Virgen en un trono sentada. Estaba hermosísima, llevaba muchas joyas y adornada de flores como a verdadera Priora. Yo le entregué las llaves y sello del Convento, y empecé a echar los votos. Era un acto muy tierno, y las religiosas estaban muy emocionadas. Terminado, nos hizo una plática muy hermosa del acto que íbamos a hacer, y terminada, empezamos a prestarle obediencia a la Santísima Virgen, proclamándola por verdadera Priora. Y en acción de gracias, entonó el señor Obispo, con sus dos familiares, el «Te Deum laudamus», que cantamos muy solemne. Y terminado, nos hizo otra plática de despedida con su bendición, y besándole el anillo se despidió, de modo que estuvo con nosotras toda la tarde.
Al día siguiente, domingo, empezó nuestra fiesta, que yo tanto había deseado: Colocamos una mesa en medio del refectorio, y en ella a la Santísima Virgen María, la celestial Priora, y después de dar gracias y rezar por todos ustedes, tanto vivos como difuntos, terminamos con un viva a la Santísima Virgen María, nuestra celestial Priora, y toda la Comunidad echó muchos vivas a la madre Priora, que les había proporcionado tan gran fiesta, y yo les eché las peladillas y caramelos por todo el refectorio, y nos sentamos a comer muy contentas. Y me dicen que les dé las gracias de todo lo que nos trajo Bautista. Dios nuestro Señor se lo recompense muy abundantemente, que nosotras les encomendamos a Dios todos los días. Dicen las religiosas que esperan tener otra fiesta más grande de ustedes, si Dios quiere, creo que ya lo entenderán. Purificación, cuando puedas escríbeme y dime si estás bien, y Bautista y la madre y demás familia, porque me han dicho malas noticas de Algemesí, solo que yo estoy padeciendo por si les ha pasado algo en las votaciones. Aquí han ganado los buenos, pero les ha costado mucho y han padecido lo que Dios sabe, ya se lo diré cuando vengan, sin más.
Reciban los recuerdos de toda la Comunidad, y en particular de esta su hija y hermana, que mucho les quiere.
Sor María de la Purificación
(Posdata:) Purificación espero que me escribas pronto para saber si están bien. Hemos recibido el salvado y morret. Dios se lo pague todo
21 de diciembre de 1930, a su madre y hermanos
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J. M. J.
Convento de Agustinas Descalzas
Mi querida madre y hermanos:
Deseo se hallen con salud. Yo estoy bien, gracias a Dios.
La presente sirve para felicitarles en las fiestas de Navidad, deseándoles muy felices Pascuas, llenas de paz, salud y alegría, y que el Niño Dios les conceda todas las gracias que necesiten para que sean unos santos. Yo no les olvidaré en mis pobres oraciones, y espero que ustedes también lo harán por mi, para que sea buena.
Madre, si el lunes día 22 no pasa por Benigánim Pedro, el martes día 23 le mandaremos con el camión un saco de granadas, bellotas, panes de higos, castañas y nueces, y lleno de sacos, para que nos envíen salvado. Les aviso para que tengan cuidado de recogerlo. El salvado no lo necesitamos hasta últimos de enero. Cuando nos envíen el salvado, envíen también un saco de morret; medianos aún nos quedan, pero si estuvieran baratos, nos avisarán.
Reciban la felicitación de mi reverenda madre Priora y demás Comunidad, que no les olvidan en sus fervientes oraciones, y ustedes felicitarán de mi parte a la señora Vicenta a Mª Vicenta y Angelina. Esta su hija y hermana, que les ama mucho y no les olvida en sus pobres oraciones.
Sor María de la Purificación
En el caso de no pasar Pedro por Benigánim, el saco que le mandaremos con el camión irá el porte pagado
Benigánim, 21 de Diciembre de 1930
24 de diciembre de 1930, a sus hermanitas
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J. M. J.
Convento de Agustinas descalzas
Mis queridas hermanitas sor María Jesús, sor María Verónica y sor Felicidad:
Me alegraré mucho os halléis con salud. Yo estoy bien, gracias a Dios.
La presente sirve para felicitaros en las fiestas de Navidad, deseando que el divino Niño, la Santísima Virgen María y San José os admitan en su compañía en la dichosa cueva de Belén, para celebrar tan grandes misterios y alabar al divino niño en compañía de los ángeles y pastores, que alegres corrían a adorar al niño Dios.
Nosotras también nos uniremos en espíritu para adorar y alabar al niño Dios, con el fervor y devoción de los pastores, y pedirle muchas gracias, ya que viene con las manos llenas para salvar al mundo entero, y no se pierdan las almas que tanto le han costado. Y no me olvidéis en día tan grande en vuestras oraciones, para que el niño Dios me haga toda suya y le imite en todas las virtudes, pero en particular en la humildad y pureza, y que encienda mi corazón en el volcán de su divino amor, que le ame mucho, pues yo no me olvido nunca de vosotras en mis pobres oraciones, y no deseo otra cosa más en esta vida que amemos mucho al Señor, que le demos gusto en todo, para tener la alegría grande de vernos todas juntitas en el cielo, amando y alabando a Dios por toda una eternidad. Que el Señor nos conceda tal dicha
Pues que tengáis unas felices Pascuas llenas de paz, salud y alegría, y un buen fin y principio de año nuevo, para servir y amar a Dios mejor que lo hemos servido hasta ahora, con muchos aumentos de gracias y más fervor el tiempo que nos quede de vida.
Recibid la felicitación de mi reverenda madre Priora y demás Comunidad, en particular de las paisanas, y sor Consuelo y sor Agustina, que están muy agradecidas y dicen que os acordéis en vuestras oraciones del alma de su cuñado, para que vaya pronto al cielo, y vosotras felicitaréis de mi parte a la reverenda madre Abadesa y demás Comunidad, en particular las paisanas.
Esta vuestra hermanita, que os ama mucho y no os olvida nunca en sus pobres oraciones
Sor María de la Purificación
Benigánim, 24 de diciembre de 1930