Sor Josefa de la Purificación, carta a la Virgen María
JESUS, MARIA Y JOSE
No juzguéis atrevimiento
Reina mía Madre amada.
El que se aliente mi pluma
A escribiros esta carta.
Es verdad que como a sol
Lleno de luces de gracia,
Os contemplo en quien no puedo
Fijar mi vista bastarda.
Es verdad que de infinita
Llegáis a tocar la raya,
Y carta pluma es la mía
Para llegar a tocarla.
Pero Señora me alienta
La misma grandeza rara
Que gozáis; pues es muy propio
De grandeza el ser humana.
Me alienta el que sois mi Madre
Que soy hija, bien ingrata
Que sois mi dulce Señora
Yo soy vuestra indigna esclava.
Me alienta el ayer profesado
Madre mía en esta casa.
Del grande Padre Agustín
Soy Religiosa Descalza.
Con suspiros y lamentos
Regaré tus bellas plantas
Y pues eres Madre y puedes
A esta tu hija le amparas.
Lo que pretendo escribir
Os diré en pocas palabras
Que no es justo ser molesta
Cuando os contemplo cansada.
El Evangelista Lucas
Da por verdad asentada
Que por mandato del César
Emprendáis vuestra jornada.
Me dicen que en vuestros deudos
No halláis abrigo y posada
Y en fin me dicen Señora
Que estáis cercana al parto.
Ay bella Aurora que pena
Del pecho se sale mi alma
Viendo tantas amarguras
A quien mi afecto idolatra.
Como es posible padezca
Tan horrorosas borrascas
La nave que trae al mundo
El pan más puro, y sin mancha.
Como es posible se vea
De viles plantas ajada
La rosa más olorosa
La azucena más gallarda.
Pero ya sé, me diréis
Padecéis por mi enseñanza
Ojalá me aproveche
De lección tan soberana.
Lo que yo ofreceros
Es daros pobre posada
En mi celda, que aunque corta
Es en el deseo ancha.
Allí mejor que en Belén
Podréis estar retirada
Porque en lugar de pesebre
Hallaréis jergón y manta.
Mis brazos serán la cuna
O quien tan dicha lograra
En quien se duerma ese Niño
Que archivan vuestras entrañas.
Si acaso tuviere frío
El fuego no le hará falta
Pues suplirán los ardores
De mi corazón las llamas.
Yo le haré muchas caricias
Le cantaré mil tonadas
Le alentaré con suspiros
Le pediré muchas gracias.
Por que como yo deseo
Amar a quien tanto me ama
No cesare un solo instante
De explicar mis finas ansias.
Diré cuántas perfecciones
En todos los santos hallan
Por providencia de Dios
Que en ti están depositadas.
Diré que eres pura, bella,
Que eres profeta, eres santa
Que eres la Madre de Dios
Que no hay que nada más.
Que soy exdiámtero opuesto
A todas esas gracias,
Que de solo imperfecciones
Mantenga a mi pobre alma.
Haced pues mi Virgen pura
Que en más flaquezas no caiga
Y pues la esperanza eres
En ti pongo mi esperanza
Consuele de pecadores
Toda la Iglesia te aclama
Pecadora soy y triste
Consuelo espera mi alma.
Mi carta Señora es esta
Perdona si os desagrada
Que le ser mujer ignorante
Me tendrá por escusada.
Que la escribo a diez y ocho
De diciembre en vuestra casa
Del año mil ochocientos
Vuestra humilde y pobre esclava.
Quien vuestras plantas adora
Rendida humilde y postrada
Mercedes de Salvador
Que en vos pone su esperanza.