19 de diembre de 1925, a sus hermanitas
Viva Jesús
Convento de la Beata Inés
Benigánim, 19 de Diciembre de 1925
Mis queridas hermanitas sor María Jesús, sor María Verónica y sor Felicidad:
Deseo os encontréis con salud. Yo estoy bien, gracias a Dios.
No podéis figuraros, hermanitas mías, la alegría que siente mi corazón al escribiros esta carta, pues me sería preciso manifestaros lo muy agradecida que estoy a Dios nuestro Señor por los favores tan grandes que nos ha dispensado, cosa que no me es posible, y además, que nadie lo comprende mejor que el que los ha recibido, como es sor Felicidad. Yo estoy contentísima y quisiera darle infinitas gracias primeramente a Dios, y después a esa mi amada comunidad, por todo cuanto han hecho con mi querida hermanita sor Felicidad. Yo les estoy muy agradecida y no las olvidaré en mis pobres oraciones, y espero no me olvidarán en sus fervientes oraciones, pues les tengo mucho cariño.
Espero me perdonéis, hermanitas mías, de mi tardanza en escribiros, pues habéis de saber que después del centenario de nuestra Beata Inés teníamos las faenas muy atrasadas, y con la muerte de mi querida hermanita sor Josefa Mª de la Beata Inés, la que yo sentí mucho por las muchas oraciones que ella dirigió al cielo por mi hermanita sor Felicidad, yo le estaba agradecida. Dios nuestro Señor se lo habrá recompensado en el cielo con mucha Gloria; yo así lo deseo y se lo pido al Señor. Así es que, sin querer, he tardado tanto en escribir.
Al mismo tiempo os felicito en las presentes Pascuas de Navidad y os deseo las tengáis muy felices y dichosas, llenas de paz y alegría, y que el Niño Dios nazca en vuestros corazones y os encienda en su divino amor y os colme de gracias y favores, y tenga sus delicias de estar con vosotras. Y no os olvidéis de pedirle alguna gracia para vuestra hermanita. Decidle de mi parte, que me conceda lo que yo tanto deseo y Él sabe, que me haga toda suya, y todo lo que vosotras queráis pedir, pues yo os prometo no olvidaros en mis pobres oraciones, para que todas le seamos fieles a Dios hasta la muerte.
Voy a deciros una cosa, si os parece bien, y es que, como no sabemos quién de las cuatro hermanitas será la que muera primero, deseaba yo, si soy la primera, ir a despedirme de vosotras, si Dios me lo concede, antes de subir al cielo. Y si sois alguna de vosotras la primera, y Dios se lo concede, que venga por Benigánim antes de subir al cielo, y nos despediremos las dos. Creo que os vais a reír de mí, pero si os parece bien ya me lo diréis.
Recibid la felicitación de mi reverenda madre Priora y demás Comunidad, y vosotras la daréis de mi parte a la reverenda madre Abadesa y demás Comunidad, y en particular a la madre Manuela un recadito de mi parte, y que deseo decirle una cosa antes que se vaya al cielo, que pase por aquí si va primero y se lo diré. Dispensadme de todo. vuestra hermanita que os ama mucho y no os olvida nunca.
Sor María de la Purificación
(Posdata:)
Recibí los dos Niños Jesús que me enviaron con Pedro, de lo que me alegré mucho. Dios se lo pague todo. Yo aun no he podido hacer nada. Cuando venga mejor tiempo ya probaré. Adiós, hermanitas mías.
4 de diciembre de 1927, a sus hermanos
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J. M. J.
Convento de Agustinas Descalzas
Mis amadísimos hermanos Bautista y Purificación en el Corazón de Jesús:
Recibimos la triste noticia del fallecimiento de vuestra queridísima hermana Isabel, que en paz descanse, pues era muy bondadosa y amable. Yo la quería mucho, pues la conocí de pequeña y no la olvido en mis pobres oraciones y lo mismo esta Comunidad la ha encomendado a Dios en sus oraciones, por si acaso está en Purgatorio vaya cuanto antes a gozar de la alegre vista de Dios por toda la eternidad.
Os doy el más sentido pésame y le daréis de mi parte a vuestra amada madre y hermanas Mª Vicenta y Angelina que no las olvido en mis pobres oraciones y pido al Señor les dé fortaleza y santa conformidad en la voluntad de Dios, sobre todo a vuestra querida madre, porque es muy triste para una madre enterrar a sus hijos, pero nos tenemos que conformar con la voluntad De Dios, que así lo dispone. Él nos ama mucho y sabe lo que nos conviene y en todo desea nuestro bien; pues sea bendito en todas las cosas.
Reciban el más sentido pésame de mi Reverenda Madre Priora y demás Comunidad, que no les olvidan en sus oraciones; vuestra hermana que no os olvida nunca.
Sor María de la Purificación
Benigánim, 4 de Diciembre de 1927
21 de diciembre de 1927, a sus hermanitas
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J. M. J
Convento de Agustinas descalzas
Mis queridísimas hermanitas sor María Jesús, sor Mª Verónica y sor Felicidad:
Deseo os halléis bien de salud. Yo me encuentro bien de salud, y estoy mejor que la Reina de España, gracias a Dios.
Mucho tiempo que os quería escribir, y sin querer se ha pasado tanto tiempo sin cumplir mi deseo. Me dijo Purificación cuando estuvo aquí, que vosotras deseabais saber cómo quedó la visita de los padres capuchinos. Pues os lo contaré. Vinieron dos padres, uno llamado Padre Eloy, que me dijo que era vuestro confesor extraordinario y que tenía empeño en verme; salimos a la reja y me dijo que vosotras no me habíais escrito por no tener tiempo, por haber estado tan ocupadas con la fiesta de vuestro padre S. Francisco, pero que vosotras le habíais dicho me dijeran hiciera yo con ellos lo que hubiera hecho con vosotras si hubieseis venido a visitarme. Nosotras hicimos cuanto estuvo de nuestra parte para obsequiarles. Me dieron el paquetito que vosotras enviabais para mí, de lo que me alegré mucho. Dios os lo pague. Yo les di, con licencia de mi reverenda madre Priora, dos novenitas y unas estampitas y reliquia de la Beata Inés. En fin, lo que tenía, y se fueron muy contentos. Ya sabéis el resumen del viaje.
Respecto de mí, estoy contentísima y me considero la más feliz y dichosa del mundo, y no cambiaría mi suerte por todos los reinos del mundo; y sólo me falta saberme aprovechar de todo, para corresponder al grande amor que el Señor me tiene disponiéndome tantos medios como tengo para santificarme, siéndole de hoy en adelante más fiel y agradecida a sus beneficios. Espero que vosotras me encomendaréis mucho a Dios, para que me haga buena y le sea fiel hasta el fin. Yo no os olvido nunca en mis pobres oraciones, para que tengamos todas la misma dicha de vernos todas juntitas en la Gloria.
Recibid los recuerdos de mi reverenda madre Priora y demás Comunidad, los que participaréis de mi parte a la reverenda madre Abadesa y demás Comunidad, que no me olviden en sus fervientes oraciones, que yo también lo haré por todas, con las mías, aunque tan pobrecitas.
Esta vuestra hermanita, que os ama mucho y no os olvida nunca en sus pobres oraciones.
Sor María de la Purificación
Benigánim, 21 de Diciembre de 1927